sábado, 22 de septiembre de 2012

cc-by-sa


Portrait de Marcel Giraud. Autor: Yodah

Yodah, el autor de este retrato de Marcel Giraud, ha decidido registrar su obra bajo una de las licencias menos restrictivas de Creative Commons: la de Reconocimiento - CompartirIgual (by – sa). 

Esto se traduce en que si quiero usar esta fotografía puedo hacerlo libremente siempre que nombre al autor de la misma y la comparta bajo la misma licencia con la que fue inicialmente registrada. Además, también la puedo modificar y transformar, creando una obra derivada, y hacer un uso comercial, tanto de la obra original, como de la que pueda resultar de ella, si así lo decido.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Cambios para un nuevo mundo

Uno de los cambios fundamentales que Internet ha provocado es precisamente el de difuminar o subvertir la dicotomía existente y, hasta hace poco incuestionable, de autor-editor. Una misma persona puede ser capaz de aunar los dos roles en uno solo, sin necesidad de un intermediario. El autor puede ahora autoeditar sus propios textos, vídeos o imágenes, buscar su público y conversar directamente con él. 

Además, gracias a Internet tenemos a nuestra disposición una cantidad ingente de información y conocimiento en diversos formatos, lo que posibilita no sólo que millones de personas desde cualquier lugar del mundo tengamos acceso a ellos, los podamos compartir y difundir, sino lo más importante: la lógica de la web 2.0 nos permite también transformar, manipular, modificar, remezclar,… todo ese conocimiento.

Internet también ha facilitado el trabajo colaborativo entre varias personas en espacios y tiempos distantes, que hace que se difumine aún más el concepto de autoría en sí mismo.

Todo ello hace que se cuestione la validez de ciertas imposiciones, como la del derecho de autor, concebidas para un mundo analógico, el “viejo mundo” como lo bautizó Casciari, que quizá podían tener algún sentido entonces, pero que han quedado obsoletas en el mundo que ahora habitamos, donde imperan otras lógicas y prácticas.

Ante los cambios, como ya sucedió con la proliferación de imprentas a partir del siglo XV, siempre hay tendencias que abogan por el inmovilismo, normalmente provenientes de aquellos que pretenden mantener sus privilegios y que normalmente lo hacen, además, motivados por el miedo a perderlos, y otras que se suman a las posibilidades de creación y experimentación que traen los cambios.